SalvemosValpo
Nuestro propósito es crear denuncias ciudadanas en torno a problemáticas que afectan nuestra ciudad y que a nadie parece importarle. Envía tus colaboraciones al mail: salvemosvalpo@gmail.com y ayúdanos a difundir, gracias
lunes, 12 de diciembre de 2011
Vivir a destiempo
Si a usted se le ocurre ir a comprar un pino navideño en diciembre o si tiene la intención de buscar un traje de baño en febrero, se le digo al tiro, mejor ni haga la prueba de solicitarlo a un vendedor de tienda porque lo más probable es que lo miren de arriba abajo con profundo desprecio. Porque los tiempos nuevos, estos tiempos en que las grandes tiendas del retail nos han robado y falsificado, han decidido que usted debe comenzar a comprar sus adornos navideños a partir de octubre, su ropa veraniega y trajes de baño en noviembre.
Han decidido que los uniformes escolares se deben adquirir en Enero, que el ambiente dieciochero debe tenerlo claro en Agosto y así suma y sigue una larga lista de fechas a las que se les ha cambiado su tiempo. Y cuando no existe una fecha consumista, se inventa algún tipo de festividad como el día del amor, de los amigos, los abuelos, el niño o se importa una fiesta extranjera tipo Halloween y se comienza la campaña ojalá uno o dos meses antes del día “especial”, es decir, todos los sentidos puestos y dirigidos en las compras, a la ansiedad por comprar, y comprar como la actividad más importante de la vida cotidiana; y antes de tiempo porque cuando llegue la fecha indicada, ya se retiró y liquidó todo, porque ya estará en venta lo que viene más adelante.
Porque en verano nos ofrecen la ropa de invierno y en invierno la de verano. “Adelanto de temporada”, le llaman. Adelanto de vida, adelanto de gasto, adelanto de compra. Me pregunto hasta cuándo seguiremos soportando esta presión inhumana e inútil por andar detrás de consumir bienes y servicios sin ningún sentido; hasta cuando le seguiremos haciendo el juego al modelo del retail que ni siquiera tiene como objetivo vender, sino otorgar crédito para que el cliente quede apernado de por vida con ellos.
Me intriga saber cuál será el límite que pondremos para vivir los tiempos que no nos corresponden, corriendo siempre tras una nueva adquisición como si la vida se nos fuera en ello, como si estuviéramos enfrentados siempre a una nueva competencia. Tengo la impresión que con este apuro y el adelanto de los tiempos, cuando llegue realmente el día que se quiera celebrar o disfrutar, se producirá una gran frustración, una sensación de gran vacío.
Por eso, yo voy a seguir insistiendo en que todo el sistema de malls y retail, además de generar mucha fealdad, malos empleos y gran contaminación a las ciudades de nuestro país, siguen haciendo el trabajo sucio de embrutecer a los ciudadanos llevándonos en una espiral de mal vivir que yo no quiero para Valparaíso.
Les pido las disculpas del caso si usted esperaba una columna de opinión acerca del complicado regreso a clases en Marzo o del sentido de regalar huevitos de chocolates en pascua de resurrección en Abril. Pero seré tozuda e implacable: quiero vivir las estaciones del año cuando corresponden, quiero celebrar mi cumpleaños el día y el mes en que nací, quiero disfrutar el presente intensamente y pensar en el futuro como una posibilidad incierta que no controlo y que nadie tiene asegurada.
No seamos giles, ser feliz es gratis y no tiene nada que ver con ir a comprar ni con armar verdaderos set televisivos de mal gusto para celebrar navidad, fiestas patrias o lo que a usted se le ocurra celebrar. Soy inmensamente feliz al sentarme en el jardín de mi casa a contemplar en silencio a los colibríes cuando llegan a chupar el néctar de la mata de salvia. Lo más probable es que la vida sea harto más simple, buena y fácil de lo que hoy nos quieren hacer creer.
link original La Otra Voz
lunes, 21 de noviembre de 2011
Valparaíso no es Miami
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| Valparaíso tiene ese tradicionalismo que lo hace ser como es. Crédito foto: Pilar Polanco. |
Valparaíso es necesariamente fotografiada, filmada y escrita por los artistas que la miran y la viven, no sólo desde su paisaje y geografía, sino desde sus habitantes con sus particulares formas de vida que se alejan de lo formal y de lo planificado. Aquí nada es masivo, se va quedando un dejo de vida antigua y de cosas viejas que conviven junto al turismo incipiente que hace pocos años se desarrolla en Valparaíso y que no tiene nada que ver con el turismo de los balnearios por ejemplo, ni con la actividad turística típica de nuestros espectaculares paisajes del norte o de la Patagonia de Chile.
Y curiosamente los extranjeros y chilenos que recorren nuestro país, cuando deciden en algún minuto de lúcidez y cambio de vida, buscar un nuevo lugar para vivir, indefectiblemente se instalan en Valparaíso a pesar de toda su precariedad y fragilidad. Siempre me pregunté por qué, insólita pregunta viniendo de mi propia historia personal: yo elegí Valparaíso para vivir hace ya, 17 años. Pero no tuve respuesta clara sino hasta hace pocos años, antes fueron sólo algunas sensaciones e intuiciones, ahora ya sé por qué.
Cuando recién conocí y recorrí a fondo Valparaíso, mi primer impulso fue de arrancar, de salir corriendo; había aquí una energía, un despelote, un encontrarse a la vuelta de cada esquina con lo mejor y peor de uno mismo muy fuertes. Todo lo hermoso y lo feo de mi estaba en cada paso que subía y bajaba del cerro. Aquí uno convive en los barrios con todo el mundo sin diferenciación de clase social, aquí somos todos iguales, aquí las modas no corren. Eso, al poco tiempo se transformó un anclaje profundo a este puerto, a tomar conciencia cierta de que nunca más me iría de Valparaíso. La vida acá era posiblemente feliz por su sencillez y su particular belleza.
Eso que me pasó a mí no es una situación excepcional. Todas las personas que han adoptado a Valparaíso para vivir tienen una historia parecida. Por eso podemos valorar y entender lo importante de reflexionar hacia dónde apunta la forma de hacer turismo en nuestra ciudad, ya que hasta aquí vemos mucha improvisación y error. No se trata de modificar, modernizar y clonar a Valparaíso en su esencia para hacerla parecida a lugares típicamente turísticos, porque es justamente esa gran diferencia la que la hace atractiva, única y un verdadero imán.
Aquí es donde nos falta un plan director, un camino que apunte hacia el objetivo de la preservación y el cuidado de la forma de vida porteña. No entiendo por turismo llenarnos de hoteles boutique en pleno casco histórico o lugares patrimoniales, tampoco la proliferación de restaurantes carísimos y de dudosa calidad, concentrados casi todos en un mismo lugar; menos la llegada de un mall en el borde costero y de las inmobiliarias construyendo edificios y torres sin piedad en medio de los cerros. Tambien necesitamos regulación y control de la cantidad de taxis colectivos recorriendo sin piedad nuestras calles, y recuperar la agradable sensación de caminar sin la contaminación del desmedido número de autos ofreciendo un pésimo y caro servicio, y ojo con la cantidad de gigantografías y pantallas publicitarias de las empresas de retail que se quieren instalar en Valparaíso.
Este puerto es el lugar ideal para marcar la diferencia que ya tiene: comercio local, antiguo y a pequeña escala, restauración y recuperación de antiguas edificaciones, actividad cultural original y de excepción. Es una maravilla contar por estos días con Festival de Danza, Festival Internacional de Fotografía de Valparaíso, Festival de Cine Recobrado, Puerto de Ideas, Festival Internacional de Cuenta Cuentos y de Payasos, Festival de Teatro Container, etc. todas actividades únicas de gran aporte a la comunidad y al turismo. Creo que es la manera, sin ser experta, que visualizo para apuntar a una forma valiosa de hacer turismo en una ciudad patrimonial. Esa es nuestra gracia, nuestro plus y nuestra ventaja que reconocen los extranjeros que nos visitan y los que se quieren quedar para siempre aquí, los chilenos que eligen a Valparaíso para tener la posibilidad de otra forma de vida, los porteños mismos que defienden sus espacios y su vida cotidiana y que se quedan en el puerto por generaciones con orgullo y amor.
¿Usted se imagina a Valparaíso con teams en alguna de sus playas, con malls a la orilla del mar, con festivales de la canción, con mega supermercados en sus principales calles, con cerros para ricos y pobres, con casino y palmeras? No pues, eso ya no sería Valparaíso, sería apenas un remedo de Viña del Mar o de Miami.
Link columna La Otra Voz
miércoles, 16 de noviembre de 2011
SalvemosValpo en el Programa Radial Foro Ciudadano
Estuvimos en el programa radial Foro Ciudadano que se emite en más de 100 radios en todo Chile, les dejamos la entrevista:
Señoras sentadas bajo el sol junto a los gatos, colores, mar, barcos y ropa colgada desde las ventanas son partes de la esencia de Valparaíso, la que podrá verse interrumpida por la invasión de inmobiliarias y el proyecto del Mall Plaza Barón.
Por lo mismo, a principios del 2011 nace el movimiento ciudadano “salvemos Valparaíso”, su fundadora opina:“Valparaiso, todos sus cerros son angostos, pequeños, de callejuelas chiquitas, con un estilo de vida muy de barrio todavía, muy antiguo y llegan las inmobiliarias a invadir la vida de la gente y la seguridad y del entorno de una manera muy brutal”.
Las ciudades lentamente comienzan a clonarse entre ellas y en cada plaza principal no puede faltar la presencia de una tienda de Ripley o Falabella, perdiendo así, la identidad y las tradiciones de zonas específicas.
Los ascensores también son parte fundamental del paisaje porteño, pero hace años que están parados y en la actualidad funciona menos de la mitad del total, alterando la cotidianidad y forma de transportarse por los cerros.
“No hay respeto, no hay ninguna defensa por la dignidad del puerto, por su historia ni su identidad”.
Escuchar Entrevista aquí
Defendiendo la dignidad del puerto:
Señoras sentadas bajo el sol junto a los gatos, colores, mar, barcos y ropa colgada desde las ventanas son partes de la esencia de Valparaíso, la que podrá verse interrumpida por la invasión de inmobiliarias y el proyecto del Mall Plaza Barón.
Por lo mismo, a principios del 2011 nace el movimiento ciudadano “salvemos Valparaíso”, su fundadora opina:“Valparaiso, todos sus cerros son angostos, pequeños, de callejuelas chiquitas, con un estilo de vida muy de barrio todavía, muy antiguo y llegan las inmobiliarias a invadir la vida de la gente y la seguridad y del entorno de una manera muy brutal”.
Las ciudades lentamente comienzan a clonarse entre ellas y en cada plaza principal no puede faltar la presencia de una tienda de Ripley o Falabella, perdiendo así, la identidad y las tradiciones de zonas específicas.
Los ascensores también son parte fundamental del paisaje porteño, pero hace años que están parados y en la actualidad funciona menos de la mitad del total, alterando la cotidianidad y forma de transportarse por los cerros.
“No hay respeto, no hay ninguna defensa por la dignidad del puerto, por su historia ni su identidad”.
Escuchar Entrevista aquí
domingo, 13 de noviembre de 2011
Nuevo abogado de Mall Plaza es UDI y cercano a Alcalde Jorge Castro
vía Cerro Concepción
Ayer estrenó Mall Plaza el abogado que representará sus intereses en las disputas judiciales que comienzan a trabarse en contra la iniciativa comercial en el borde portuario. Se trata del conocido abogado de la plaza, Edgardo Palacios Angelini, quien se desempeñará como asesor jurídico de confianza del Alcalde Castro durante el tiempo que ha estado ocupando el sillón alcaldicio. Uno de los hombres clave y que, según la prensa de la época, lideró las negociaciones entre la autoridad regional, RN y la UDI, para la instalación del nuevo gobierno, era Edgardo
Palacios, en su calidad de presidente regional de la UDI.
Más info en el link:
Edgardo Palacios Angelini debe Renunciar y Castro también
Ayer estrenó Mall Plaza el abogado que representará sus intereses en las disputas judiciales que comienzan a trabarse en contra la iniciativa comercial en el borde portuario. Se trata del conocido abogado de la plaza, Edgardo Palacios Angelini, quien se desempeñará como asesor jurídico de confianza del Alcalde Castro durante el tiempo que ha estado ocupando el sillón alcaldicio. Uno de los hombres clave y que, según la prensa de la época, lideró las negociaciones entre la autoridad regional, RN y la UDI, para la instalación del nuevo gobierno, era Edgardo
Palacios, en su calidad de presidente regional de la UDI.
Más info en el link:
Edgardo Palacios Angelini debe Renunciar y Castro también
domingo, 6 de noviembre de 2011
Valparaíso humillado una vez más
Yo no sé a ti, pero a mí las humillantes imágenes de los carros del ascensor Barón y sus rieles, abandonados cual chatarra en el Parque Quintil de Valparaíso junto a rumas de antiguos adoquines, no sólo me produjeron dolor y rabia, también me hicieron cambiar rápidamente el tema de la columna que tenía preparada para esta semana.
Es que en medio de ese traidor acostumbramiento y resignación de la mayoría de los porteños a que en nuestra ciudad estas cosas son naturales, que el abandono y la desidia frente a los temas que nos aquejan como puerto, como patrimonio de la humanidad, son cotidianos, yo no puedo pasarlos por alto. Como ciudadana levanto mi voz, me rebelo, pego un grito fuerte y profundo: ¡Ya basta! No solamente basta de tener a nuestros ascensores, medio de transporte fundamental para la vida en los cerros de Valparaíso, paralizados y muertos sino que ahora también debemos verlos abandonados en pésimo estado como un escombro más, ¿esperando qué, ser vendidos al kilo como metal, como un cachureo cualquiera?
La nota periodística en TVN, no sólo en su noticiario central sino en el regional, me dio vergüenza e impotencia, ¿por qué nuestra hermosa ciudad tiene que ser humillada y saqueada en forma permanente por las autoridades encargadas de regir sus destinos en vez de de cuidarla y defenderla?, ¿por qué? Porque elegimos mal, queridos porteños, porque en las campañas electorales todos los candidatos nos mienten, nos muestran edificantes intenciones de sacar adelante y fortalecer la identidad y la potencia que Valparaíso tiene naturalmente. Sin embargo, a poco andar comienzan los lloriqueos alcaldicios, la consabida imposibilidad de hacer algo por falta de recursos, por sentirse atados de manos por la contraloría, por ser sobrepasados por los problemas endémicos que arrastra el puerto y por un largo etcétera de justificaciones para explicar la falta de capacidad, de visión y de voluntad de solucionar aquellas demandas que son urgentes, todas ellas conocidas y archireconocidas por todos.
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| (foto:Eduardo Couve) |
La vergüenza a la que estamos expuestos a diario y de la que las autoridades escapan hábilmente, es imperdonable e injustificable. Ya perdimos la cuenta de la cantidad de fechas que nos han entregado para volver a tener los ascensores de Valparaíso funcionando, ya ni sabemos la cantidad de estudios carísimos encargados a no sé qué tipo de organizaciones para ver su factibilidad de funcionamiento; las veces que nos prometen a través de diarios, radios y revistas que ahora sí, ahora ya vienen, ahora sí que sí tendremos los ascensores. Mientras tanto el tiempo pasando cruel e implacable, por años, en que sectores quedan completamente aislados por la falta de transporte.
El Cerro Bellavista, a la altura del Museo a Cielo Abierto, es uno de los más emblemáticos, pero a nadie parece importarle demasiado: “…es que la situación es tan compleja”. Mientras tanto, las estaciones de los ascensores en estado de muerte y fantasmagoría, sufren saqueos, incendios, cierres y abandono. Allí donde han existido piezas importadas antiquísimas y valiosas que son parte de la historia de Valparaíso, ahora libradas a su propia suerte. ¿Cómo llegaron a ese descampado todos esos adoquines antiguos arrumbados como escombros junto a los carros y los rieles? Suponíamos que en los arreglos del cerro Alegre y Concepción se retiraban los adoquines para luego devolverlos a su lugar… ¿Qué pasó con ello, es también parte de la inoperancia, del desfalco, de la indolencia?.
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| Lautaro Rosas |
Sin embargo, él tuvo la capacidad y el espíritu para engrandecer y trabajar por solucionar los problemas de Valparaíso, en el breve lapso de su alcaldía. Su característica era la rapidez en la acción, recorriendo y supervisando personalmente avenidas, calles y cerros en donde se hacían trabajos, para imponerse de su marcha, como si se tratara de algo propio.
¿Qué diría don Lautaro Rosas si viera lo que ha ocurrido con los ascensores de Valparaíso? Es probable que él nunca permitiera una paralización de ellos.
Y tengo también a mano otros tres bellos libros de fotografías y textos sobre Valparaíso, de Eduardo Couve: “Ascensores”, “Escaleras” y “Valparaíso Imaginario”. Lecturas que recomiendo ampliamente para comprender la importancia de devolverle la dignidad a nuestra ciudad, a través de sus ascensores y de un cuidado real y profundo a su identidad.
“En los ascensores se balancea la vida, mientras sus carros oscilantes contemplan el diario vivir de este puerto, el habitante invisible deja al viento su vestir”
miércoles, 19 de octubre de 2011
Valparaíso se resiste
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| Almacén Porteño, Cerro Barón (foto: Pablo Genovese) |
“Estamos tan desorientados que creemos que gozar es ir de compras”, nos dice el escritor argentino Ernesto Sábato, en su libro La Resistencia, necesaria relectura por estos días en que Valparaíso y la forma de vida de nuestro puerto está en constante amenaza.
¿En qué minuto nos acostumbramos a aceptar pasivamente la invasión permanente de publicidad, marcas, slogans y estéticas comerciales en nuestro diario vivir? He recorrido Chile largamente y no termino de impresionarme y de inquietarme frente a una masificación tenebrosa que vislumbro en los viajes de una a otra ciudad, todas tienen en común una cantidad parecida de tiendas de retail todas con la misma arquitectura, con las mismas marcas, instaladas en pleno centro y ojalá frente a la plaza principal de cada una de ellas, (Valparaíso no es la excepción).
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| foto (Pilar Polanco) |
Falta poco para que las postales de cada lugar se conviertan en una foto con un trocito de paisaje auspiciado por una gran marca comercial. Es cada día más difícil poder fotografiar calles, paisajes, plazas y naturaleza sin que se interponga delante de nuestros ojos un letrero o un aviso con propaganda.
El sistema económico actual es un monstruo depredador que avanza implacable, una peste que quiere uniformarlo todo, que quiere manipularnos y atrofiar nuestra sensibilidad para vendernos una infinidad de cosas que no queremos, para hacer negocio, para inventarnos necesidades que nos impidan pensar y ejercer nuestras libertades.
Nos intentan transformar en manadas, entes que no se cuestionan nada y que se resignan sometidos a un estilo de vida que lejos de procurarnos felicidad y espiritualidad nos aliena, nos deshumaniza y finalmente nos deprime.
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| (foto:Carolina Gálvez) |
Aquí hay memoria y hay encuentro porque su geografía nos permite mirarnos unos a otros desde todos sus cerros, recovecos y calles; desde el mar y hacia él, estamos todos expuestos en nuestras grandezas y miserias. Aquí el “progreso” trata de instalarse afanosamente, pero el ciudadano porteño no se hace aún parte de ese estilo de vida: sigue comprando en los almacenes y emporios, todavía conversa largo y pausado un café, aún cuenta con talleres de costura y reparadoras de calzado; las fuentes de soda están repletas de personas que conversan, la feria y el mercado mantienen la fidelidad del casero en el abastecimiento de la mayoría de las familias porteñas.
Aquí nadie quiso comer ni una hamburguesa del McDonalds, el local duró menos que un suspiro. Y los grandes supermercados y tiendas se han instalado con dificultad; nunca se los verá atiborrados de gente con carros rebalsados de mercaderías como en otras ciudades. Pero como no nos podemos salvar de ellos, insisten y lo seguirán haciendo una y otra vez y las estrategias entonces, comienzan a cambiar: aparece la colusión con las inmobiliarias que también se toman las ciudades y los paisajes para construir sus torres y edificios modernos que nos prometen también felicidad, seguridad, buena vida y elegancia.
Junto con ello, el estilo de vida retail: todos vestidos iguales, comprando los mismos muebles, aspirando a los mismos bienes de consumo, todo nuevo, todo desechable. ¿Para qué? Para borrar la historia de un plumazo, para ser parte de la masificación, del rebaño, del no-pensar. Por eso nos quieren instalar un mall “a toda costa”, por eso quieren “renovar” el histórico sector del Almendral con modernas torres de departamentos que echarán por tierra antiguas construcciones llenas de historia.
Por eso quieren “facilitarnos” la vida con sendos supermercados que vendrán a instalarse pronto en ambos lados de la avenida Argentina, la vía de entrada a la ciudad. Porque no se pueden resignar a que en Valparaíso sus habitantes tengan una forma de vida más sencilla y original, en donde se piensa dos veces antes de tirar algo que todavía puede ser reparado o regalado a un amigo o vecino.
En Valparaíso todavía se cocina en las casas, el delivery es ajeno y escaso, las siestas son posibles y deseables, la vida en los barrios sigue siendo transversal y a escala humana; siempre habrá un momento para conversar con la señora de la panadería o con el caballero que reparte el diario o el que vende huevos a domicilio. La radio sonará siempre fuerte en la mayoría de las casas, para el 18 de Septiembre casi todos pintarán o arreglarán sus fachadas, comprarán ropa nueva a los hijos y tomarán cola de mono. La mayoría tenemos momentos de ocio, caminatas y paseos.
La vida en Valparaíso no es un torbellino ni está a la moda, aquí seguimos siendo un poco anticuados y lentos. Aquellos a quienes no les gusta esta forma de vivir por lo general emigran a Viña del Mar o a Santiago, pero quienes habitamos el puerto valoramos, atesoramos y disfrutamos este Valparaíso y nos resistimos con fuerza a que nos quieran imponer una manera de vivir, una identidad que no nos pertenece y que sólo obedece a oscuros intereses financieros. Ernesto Sábato lo resume. “Un lujo verdadero es un encuentro humano, un momento de silencio, el gozo de una obra de arte o de un trabajo bien hecho. Gozos verdaderos son aquellos que llenan el alma de gratitud y nos predisponen al amor”.
miércoles, 5 de octubre de 2011
Doc. traducido de la web de UNESCO. Sobre la inscripción de Valparaíso para lograr la categoría de PATRIMONIO MUNDIAL DE LA HUMANIDAD (2003)
De estos puntos cuales se han cumplido? ascensores no funcionan, trolles en bastante mal estado, muelle prat y barón a punto de desaparecer, museo a cielo abierto intervenido por una mega construcción...NO ENTENDEMOS LA GESTION DE NUESTRAS AUTORIDADES!!!!!!
1. Inscribe el Casco Histórico de la ciudad PORTUARIA de Valparaíso, Chile, en la Lista del Patrimonio Mundial, sobre la base de la diversidad cultural
Criterio : Valparaíso es un testimonio excepcional de la primera fase de la globalización en el siglo 19, cuando se convirtió en el PUERTO comercial líder en las rutas marítimas de la costa del Pacífico de América del Sur.
2. Alienta al Estado Parte que prosiga sus esfuerzos para inventariar y PROTEGER las infraestructuras relacionadas con las funciones históricas de la zona del PUERTO y sus SISTEMAS DE TRANSPORTE;
3. Alienta además al Estado a elaborar planes de gestión de la CONSERVACIÓN en la zona marítima del PUERTO ENTERO;
4. Solicita al Estado aclarar con más precisión las normas y directrices en las zonas adyacentes a las zonas protegidas, por ejemplo, la Plaza de la Intendencia, Cementerio y Plaza de San Francisco.
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